En el artículo de hoy os queremos hablar sobre protectores solares, su uso y condiciones de conservación.
Para escoger el tipo de SPF (factor de protección solar) adecuado tendremos que tener en cuenta el fototipo de la piel y la actividad que vayamos a realizar.
La textura también la escogeremos según el tipo de piel:
Seca: texturas tipo crema o leche que te aportarán un extra de hidratación.
Mixta: texturas tipo emulsión o gel ligeras.
Grasa: texturas ligeras no comedogénicas y oil free que no te aportan grasa.
Sensible: filtros físicos preferentemente, aunque existen otras posibilidades a día de hoy muy respetuosas con la piel.
Para aplicar el protector solar correctamente tendremos que tener en cuenta una serie de condiciones:
Aplicaremos a diario antes de salir de casa (una media hora antes de la exposición solar) y repetiremos cada 2 horas. Si sudas mucho la repetición tendrá que ser más a menudo y usar protectores solares resistentes al sudor.
Una vez abiertos, tienen un periodo de uso recomendado, que se indica con un símbolo de un tarro abierto con los meses de validez. Normalmente este periodo no supera los 12 meses, y por tanto recomendamos no utilizar los protectores del año anterior. Es muy útil apuntar la fecha de obertura del envase, así te será más fácil saber si está caducado.
Otro punto que tendremos que tener en cuenta es la cantidad y lugar donde aplicar las cremas. A continuación os dejamos unas iconografías donde se usa como referencia el tamaño de un huevo.
En cara y cuello
En brazo
Tripa y zona lumbar
En espalda y hombros
Piernas
Debemos prestar especial atención a las zonas que normalmente se nos olvidan, como las orejas, los pies (incluso entre los dedos), alrededor del bañador o bikini, y la zona de detrás de las rodillas.
Nos despedimos hasta muy pronto, esperamos que os haya sido de utilidad y que para cualquier aclaración o consulta no dudéis en dejar vuestro comentario o venir a vernos a la farmacia.